
Gracias al frío en Montevideo de estos días recordé una noche en Nueva York congelada.
Mucha gente me recomendó esta cadena de hamburguesas que quien me conoce sabe que ni cadena ni hamburguesas es algo que elija por placer…pero las cosas se dieron así:
Pasé una tarde de maravilla en el Museo de Brooklyn, me metí al Metro rumbo a Manhattan y al salir, mientras subía las escaleras sentí el aire congelado que me abrazaba. Me acurruqué, me arropé, ajusté el sombrerito y salí a la calle diciéndome «vamos nena, estás en NY y hace frío…a disfrutaaaarlo».
Con ese pensamiento me erguí, levanté la frente, hombros atrás y empecé a caminar con actitud «que rico frío»
Caminé en ese humor unas dos o tres cuadras y en un instante todo cambió, todo se volvió mágico.
Me llamó la atención unas lucecitas que caían del cielo haciendo remolinos y dispersándose después, brillaban muchísimo y les juro que pensé en Campanitas. Me llevó unos segundos darme cuenta que comenzaba a nevar.
Era la primera nevada del año en Nueva York y yo estaba ahí, en Broadway y Fulton.
Había visto nevar muchas veces y muchas más he caminado entre el hielo y la nieve, pero esta vez era diferente.
Ahí estaba yo, parada mirando el cielo con los ojos grandotes y una sonrisa de boca abierta y mirada tonta.
Buscaba contacto visual con alguien que me confirmara lo que ya sabía: estaba nevando. Pero a nadie parecía impactarle la primera nevada del año, solo a mi.
Saqué el celu y grabé un video cortito en el que quedó registrada la voz de un niño que le decía a su mamá «Look moooooom It’s snowing» señalando el cielo, y la mamá le respondió que si que si sin mirar.
Cuando nos cruzamos nos encontramos en una mirada cómplice que buscamos para compartir ese momento que los dos sabíamos que era mágico. Yo seguía con mi cara de tonta, nos sonreímos y los dos asentimos con la cabeza.
Fue genial. De esos momentos que no olvidás jamás.
Divino el momento y yo media congelada y famélica estaba necesitando además de magia algo más terrenal.
Me doy vuelta y veo un cartel que encandila: Shake Shack
Entro, pido, me dan y me siento al lado de un ventanal enorme para ver nevar y llenar la panza.
Además de hamburguesa y papas pedí un té helado para beber y mágicamente encontré una botellita de bourbon en mi morral, que capaz ya estaba ahí…no sé :-p
Sin dudarlo les digo que fue la hamburguesa de cadena más rica que comí en mi vida y el té helado que más calor me ha dado, así nomás.
A propósito…a todo esto yo seguía con mi cara de tonta