gastromomía china 月餅 粽子 uruguay

Diarios de viaje: China

Seguimos viajando.

Hoy especial de gastronomía china, y a falta de vuelos viajamos en el tiempo

Hace muuuuuchos años este viaje a China abrió en mi una nueva dimensión respecto a la gastronomía, la elaboración de algunos productos como los panes al vapor, y la comida callejera en general.

Las celebraciones más importantes en China como en muchos países, tienen productos gastronómicos asociados.

Algunos ejemplos del mundo occidental serían los huevos de chocolate y las roscas para las pascuas, el matzá en Pésaj o cranberry sauce en la Cena de Acción de Gracias

En China hay algunos productos gastronómicos que incluso llevan el nombre de la festividad como los populares pastelitos de la luna 月餅  para celebrar la Fiesta de la luna cada equinoccio de otoño

Otra celebración directamente relacionada con un producto gastronómico es el Festival del Bote del Dragón la que se celebra comiendo esta peculiar preparación: Zong zi 粽子

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Este año tuve la suerte que la querida Hei Yan @Dumpling_Chino compartiera conmigo esta maravilla.

Ella los elabora para esta celebración que ocurre cada año el día cinco del mes cinco del calendario chino que es lunisolar, y cae entre mayo y junio en el calendario gregoriano.

Esta preparación es arroz glutinoso envuelto en hojas de bambú o chala, y cada porción puede estar rellena de carne o de maní, un producto muy usado en platos de la cocina oriental.

En este caso los cociné al valor y al momento de comerlos se les agrega azúcar o miel, yo agregué jarabe de agave y fue una muy buena elección

Como ya les dije nos vamos a viajar en el recuerdo, así que les comparto unos cuantos relatos y fotos de hace muuuuuuchos años por este diverso país.

En mis primeros viajes, a falta de redes sociales, compartía con mi gente vía e-mail relatos que llamé: Diarios de Viaje.

Ojalá lo disfruten, ahora releyendo les aseguro que viajé de nuevo


Diario de viaje: China – Beijing

He llegado en óptimas condiciones a tierras chinescas.

A todos muchas gracias por los buenos deseos que he recibido en estos días y les respondo en un mail general ya que los ojos se cierran y el cuerpo está gritando basta.

Ahora realmente comprendo realmente la acepción de «lejano oriente».

Después de incontables horas volando y otras tantas esperando volar, llegué a Beijing teniendo muy clara la fecha de arribo pero ni la más remota idea de en qué día de semana vivo.

Con mucho orgullo de mis estudios de la lengua china elaboré (durante aproximadamente 15 minutos) una pregunta para que el amable chico del info desk me saque la duda. Además de sacarme la duda tenia intención de confraternizar, como para entrar en un terrero tan enorme con el pie derecho digamos.

Bueno la cuestión que hasta lástima me dio la cara del pobre muchacho que no sabía qué responder y lo resolvió con un «Excuse me?».

Recorrí los alrededores del lugar donde estoy parando, como para entrar en clima, y quede muy conforme de la ubicación porque todo parece muy genuino, según parece estoy en el medio de un barrio bastante descontracturado.

Cuando llegué al hostal me indicaron que un señor me guiaría a la habitación, y de repente me lo veo, agarra mi mochila y sale corriendo raudo y veloz hacia la calle. Obvio lo sigo. Tira mi mochila en un chinchorrito enganchado a su bici, me hace seña que suba, yo que le hago seña que no, él que dice que sí, yo que no, y él que prácticamente me introduce dentro del carrito.

Así que contra mi voluntad hice un «bici tour» más cargado de adrenalina que un viaje en parapente.

El momento más intenso de este episodio fue cuando el Ciclisto Pedales oriental cruzó la calle en sentido contrario pasando entre dos ómnibus locales. Lo resumo así: llegué viva a destino

Para relajarme salí a comprar algo dulce y encontré algo que siempre tuve ilusión de probar: helado de porotos.


Diario de viaje: China – Shanghai

Llegué a Shanghai.

El hostal está a una cuadra de la Plaza del Pueblo, que es la plaza del centro de la ciudad y desde donde nace una gran y movida peatonal que dicen por ahí es la calle más concurrida del mundo y yo no lo dudo.

De noche las luces de neón y las pantallas gigantes con anuncios y publicidad imitan un sol artificial.

Por un lado los «jelouguachoba» (hello, watch or bag?) que son los vendedores que están por toda la ciudad ofreciendo sus productos falsificados y por otro lado, algo más genuino:

El desayuno de los chinos en la calle

Es un caos muy ordenado donde dos o tres personas amasan pancitos que se hornean o cocinan al vapor en un medio tanque y otra persona arma bolitas de arroz que rellena con pan frito y una salsa que todavía no sé qué tiene pero parece que son porotos.

A la vuelta de la esquina del hostal, hay un callejón donde venden gatos, perros, peces, grillos y escarabajos. Yo mire y mire y para mi eran escarabajos.

Todos los bichitos que nombré están vivos.

Los escarabajos los venden en cajas de plástico, los grillos en pelotitas de mimbre. A los perritos les pintan las orejas de colores y a los gatos les cortan la cola.

Me faltaron las tortugas.

En cada comercio (un metro cuadrado en la vereda), hay 15 o 20 cajones de plástico llenos de tortugas de diferentes tamaños y colores.

Ya probé los huevos de mil años (huevos centenarios 松花蛋) y el pato laqueado.

A los que me preguntaron sobre el helado de porotos, les cuento que estaba muuuuuuy rico y también probé helado de té y de maíz.


Diario de viaje: China – Xian

Esta última semana ha sido muy intensa.
Desde Shanghái volé a Xian a visitar los guerreros de terracota. Fue muy impresionante y recién cuando los vi entendí porque es tan conmovedor «conocerlos».
Los guerreros son la guardia del emperador Qin, quien decidió hacer una réplica en terracota de todo su ejército para que lo escoltara en su sueño eterno.

En Xian fui a un barrio musulmán donde probé muchísimas delicias culinarias de las cuales no logre entender de que estaban hechas y no estoy segura si quiero saber.

No les conté nada sobre mis paseos en Beijing a la gran muralla y la ciudad prohibida, no fue un olvido pero parada en medio de esos adoquines tan ordenados se me pasaron muchas cosas por la cabeza (algunas se quedaron) que espero contarles algunas con fotos incluidas, aunque dudo que la inmensidad se transmita.


Diario de viaje: China – Kunming, Dali, Lijiang

Después siguió Kunming, donde fui a un lugar que se llama «Templo de bambú» (Qiongzhu Temple 筇竹寺)

Es un monasterio budista muy interesante por lo lindo que lo mantienen y por la tranquilidad que se siente estando ahí, como había muy pocos visitantes fue realmente disfrutado.

Templo de bambú Qiongzhu Temple 筇竹寺
Templo de bambú Qiongzhu Temple 筇竹寺

Hoy llegue a Dali, un ciudad al sur de China, donde viven la minoría Bai, una de las tantas etnias en China.
Ha sido un día muy relajado, todo el paseo por la ciudad fue muy pintoresco y colorido. La ropa de las chicas locales es muy alegre y la gente luce más sincera e inocente que en las grandes ciudades.

A veces solo basta intercambiar sonrisas con alguien para entenderse, sin duda el mejor lenguaje que existe en el mundo.

En este momento estoy desayunando con una vista preciosa a la parte antigua de la ciudad. El hostal está en una colina y desde acá veo los techitos de las casas típicas del lugar.

Estoy comiendo pan y no voy a preguntar de que esta hecho (pero esta húmedo y no parece nada fresco), manteca de yak y leche de yak. Supongo que el yak no tuvo nada que ver con la elaboración del pan, pero me siento Lobsang Rampa por la cercanía del noble animalito.

Anoche comí larvas, gusanitos varios, moscas, morcillas de arroz y caracoles. Mirando comer a los chinos platos muchos más osados una va perdiendo pudor ante productos desconocidos, además me siento un poco menos depredadora comiendo una mosca que un yak, ah sí, comí carne de yak también.


Diario de viaje: China – Guilin y Yangshuo

Ahora estoy en Guilin, al sur de China. Llegué ayer y salí a recorrer el rio Li en barco.

El viaje dura cuatro horas y es para hacerlo de boca abierta.

A lo largo del paseo se ven las agujas de roca que son colinas con laderas que forman precipicios.

Horrible explicado, a ver así:

Si pudiéramos modelar un cerrito presionando sus lados hacia adentro haciendo que quede finito y más alto tendríamos una aguja de roca.

Ahora imaginen quinientas, imaginen que están en el medio de un rio, que hacen una visión de 360 grados y solo ven agujas de roca.

¿Ya tienen la boca abierta?

El destino del barco es una pequeña ciudad que se llama Yangshuo, a la tarde hice un paseo en moto por el campo donde hay muchas plantaciones de arroz y té.

La recomendación fue hacer el paseo en bici, pero la temperatura pasaba los 30 grados así que fue moto.

El paisaje era muy exótico, parecía escenográfico.

Los campos de arroz con diferentes tonos de verde de acuerdo al momento en el que fueron sembrados.

Los búfalos de agua siempre sumergidos en cada charquito que encuentran.

Los campesinos viajando por el rio en balsas de bambú impulsadas con una pértiga.

Según leí, antiguamente los pescadores hacían su trabajo con la ayuda de cormoranes, incluso es una imagen que se asocia mucho con China: agujas de agua de fondo, un pescador en el medio de un rio con la pértiga sobre sus hombros y un cormorán en cada extremo.

Como decía, eso pasaba hace mucho tiempo, pero más de uno intenta reproducir esa práctica para que los turistas saquen la foto para la postal pero los animales están atados al bambú y apenas pueden moverse.

A la noche fui al espectáculo Impression Sanjie Liu donde 600 actores muestran su folclore luciendo trajes típicos de la zona, baile y canto todo sobre el agua del rio Li, fue maravilloso.

Mañana salgo rumbo a Hong Kong por unos días y será mi última parada en China.

Río Li 漓江 Patrimonio de la humanidad
Río Li 漓江 Patrimonio de la humanidad

Diario de viaje: China – Hong Kong

Hong Kong es una mega ciudad con tanta gente que por primera vez entendí lo que es la superpoblación.

Lo sentí en los cambios de semaforos en las grandes avenidas cuando cerca de cien personas se aprestan a cruzar la calle cual ejército, sin  mirar que hay delante y eso asusta un poco.

Acá la gente ya no mira mucho a los ojos ni sonríe cuando no entiende lo que digo.

Muchísimas luces de neón, mucha gente, muchas cosas para comprar en una gran sociedad consumista.

En la isla de Hong Kong, en una de las colinas más altas está el pico Victoria, un mirador natural desde donde se ve gran parte de la bahía, y además el ascenso en trencito hasta el punto más alto es toda una aventura porque por momentos parece que uno sube casi vertical, vale la pena porque la vista desde la cima es muy impresionante.

Todas las noches desde Kowloon (zona continental frente a Hong Kong), se puede ver un juego de luces sobre los enormes edificios de Hong Kong.

Mirando el show recordé las fuentes Montjuic de Barcelona, pero en este caso en vez de agua hay edificios.

La música va marcando los cambios de color y posición de las luces.

Me pareció interesante y también un poco irónico que hicieran algo tan divertido con tanto concreto y neón.

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2 comentarios en “Diarios de viaje: China

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